Hace cosa de un año, yendo al trabajo en subte, se me acerca un tipo rondando los sesenta y me dice: "En ese celular tan moderno que tenés, tenés internet? Fijate, buscame, yo estoy... buscá 'Pelusa Muñoz manejó un estilo propio', hay una foto mía y todo." Y se bajó en la siguiente estación.
Hoy, yendo a tomar el colectivo a la salida del laburo, me vuelvo a encontrar con Pelusa. Primero no lo reconocí. Me habló del clima, de sus dos nietos a los que estaba yendo a buscar al jardín, y después me preguntó: "¿Tenés internet en tu celular? Buscá Pelusa Mu-"
"¡¡¡Pelusa Muñoz, el famoso boxeador!!!", casi le grité, muerta de risa. La cara de sorpresa y satisfacción del sexagenario, les juro, no tenía precio. No podía creer que lo hubiera reconocido.
Antes de bajarse a la altura de Tribunales me saludó con un beso, me dijo "¡Te quiero mucho!" y me juró que a partir de hoy somos amigos, y si algún día necesito algo, él va a estar ahí para mí.
viernes, 25 de abril de 2014
domingo, 20 de abril de 2014
En el centro de la escala de grises
No quiero ser el cambio en el mundo, soy más bien humilde y no aspiro tan alto. Me conformo con sacarle una sonrisa a mi compañera de trabajo, con darle un beso de buenas noches a mi viejo, con dejarle un vuelto al nene que pide en el subte... con amar todos los días en la misma medida.
Qué pena que, a veces, ni eso puedo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)